Alexandr Kuprín
(Penza,1870- Leningrado, 1938). Tuvo una vida como la de tantos otros escritores rusos de su época: empezó la carrera militar, pero la abandonó para dedicarse de lleno a la literatura. A principios del siglo XX le llegaron sus primeros éxitos, pero con el estallido de la Revolución, a cuyos principios no era afín, decidió exiliarse en Francia, donde la nostalgia lo llevó al alcoholismo. Cuando volvió a Rusia, era la sombra de lo que había sido. El brazalete de granates (1911) es su relato más conocido y también el más querido por los lectores rusos.